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ME ESTÁ NACIENDO UN NAZI DENTRO

Mientras cocinaba, oía en la radio contar a los responsables de Amnistía Internacional cómo las autoridades españolas habrían engañado a algunos inmigrantes, ocultándoles su derecho a la solicitud de asilo y conduciéndoles hacia Tánger con la mentira de que irían a Málaga. No hace falta ponerse en el lugar de la víctima. Es terrible ponerse en el lugar del ciudadano que escucha eso a la vez que saltea unas setas shitake y comprende que de un mundo así, algo de responsabilidad le toca. Pensé que esas eran atrocidades tan graves que en algún momento se volverán contra nosotros: como ira de los otros, como frustración nuestra, como escándalo político, como cargo de conciencia, como películas dentro de algunos años. Luego, por la tarde, he leído al siempre lúcido José María Ridao, cuyo artículo http://www.elpais.es/articulo/elpporopi/20051026elpepiopi_7/Tes suscribiría, pero del que sólo citaré el final, por no aburrir. "De manera subrepticia pero implacable, las sociedades desarrolla...

SOSPECHOSO

El taxi que cogí en el aeropuerto llevaba encendida la radio. Era de noche, sonaba Hora 25, la tertulia de la SER, y pegunté: - ¿Y usted qué piensa del Estatuto? Comenzó una charla muy agradable que resumo: el taxista era leonés, consciente de sus limitaciones (somos cerrados y cabezotas) y le agradó saber que yo también. Los de la SER le parecían socialistas perdidos (pero le gustaban los informativos) y los de la COPE, radicales del PP. La gente, de lo del Estatuto no habla, pero está hasta los cojones. A él, Zapatero le parecía un blando, aunque le gustaría poderle votar, porque es paisano. Los catalanes no le gustan, porque le parece una falta de educación que hablen en catalán fuera de su tierra (y, concretamente, en su taxi), y, por eso, sospecha que se creen superiores. Sin embargo, reconoce que son los tios más formales: si te dicen que les pases a buscar a las seis, están allí a las seis. Mucho mejor que los andaluces y los madrileños. Los catalanes son agarraos, pero si tiene...

DOS HIPoTESIS FANTASIOSAS

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Traslado dos fantasiosas soluciones tácticas. Una a corto plazo y otra a medio. 1.- Solución fantasiosa plazo corto. Es una idea de Lluis Foix en la Vanguardia. Zapatero y el PSC salvan el pescuezo girando al centro ideológico y nacional. Adiós a Maragall y, de paso, adiós a ERC. Gobierno Mas en Cataluña con consejeros del PSC. Cambio de apoyos en Madrid, de ERC a CiU. 2.- Solución fantasiosa plazo medio. Es una idea mía, al enterarme de que Bono se había reunido con Francisco Vázquez, Alberto Ruiz Gallardón y Rosa Aguilar para firmar un convenio por el cual los ayuntamientos que éstos presiden reservarán plazas de policías locales a los exmilitares. ¡Bono, Vázquez, Ruiz Gallardón y Aguilar juntos! ¡Un partido bisagra español! El PP a la derecha, el PSOE a la izquierda y en medio, estos verdaderos especialistas en mayorías duraderas a base de contentar a los del otro bando, todos inequívocamente antinacionalistas, dando y quitando mayorías con... ¿cuántos? Con 12 diputados sería suf...

PROBLEMA DE AJEDREZ: NEGRAS NO SE MUEVEN Y GANAN

Todas las formas de no ser derecha nacional se aliaron contra Aznar y echaron a Rajoy. Eran todas las izquierdas y todos los nacionalismos y se pusieron tan contentos que empezaron a hacer cosas. La derecha nacional, perpleja y sola, no hizo nada, pero algo dijo: que no. Que no ¿a qué? Que no a todo. Casi todas las izquierdas y casi todos los nacionalismos primero hicieron algunas cosas de izquierdas. La derecha nacional dijo que no. Todo el mundo considero que era una táctica suicida. Luego casi todas las izquierdas y todos los nacionalismos empezaron a hacer cosas de nacionalistas. La derecha nacional dijo que no. Y resultó que era una táctica suficiente. ¿Explicaciones? Propongo tres: - España es un país en el que la gente se define más por el territorio que por la clase. Y no es que al país le falten costuras, las tiene de sobra, pero muy recosidas. Y no es que al país le falten diferencias sociales, pero las tiene muy bien guardadas. - Los cambios de izquierda son inanes, tan ...

DIVISIÓN DE ESPAÑA

La división de España ha mejorado mucho. Hoy no hace falta que te hiele el corazón una de las dos. España, dado que es un país moderno, está dividida en tres. Dos de esas tres han decidido enfrentarse. Se llevan tan mal que una amenaza con irse, y, sorprendentemente, la otra dice que ni se te ocurra, que te has creído tú eso, que tú de aquí no te mueves. La del medio, que dice que está a la izquierda, tiene el alma dividida. Queda por saber si le dividirán también el cuerpo.

MARRUECOS

En la corte de los tertulianos y en el Partido Popular se ha aceptado el lugar común de cargar contra Marruecos. Marruecos no hace lo suficiente. No ayuda a España. No respeta los derechos humanos. Me cuesta entenderlo. ¿Qué debería hacer Marruecos? ¿Convertirse en aduanero de la Unión Europea? ¿Asumir para siempre a los emigrantes que sólo toman ese país como incómodo lugar de paso? Marruecos tiene en su territorio a las personas que los españoles no queremos en el nuestro. Y las tiene, precisamente, porque nosotros somos su frontera y la cerramos. -Oiga, vecino, anda por ahí una gente que se me quiere colar en casa y, como se da la casualidad de que yo no quiero dejarles entrar, ¿le importaría echarles usted? Y si no, mejor, ¿por qué no se los queda usted, en su casa? Pero trátelos bien, que yo, como soy más rico, soy muy sensible para estas cosas. Este no es un problema de Marruecos y España. Ocurre en la frontera entre Marruecos y España. No es lo mismo. No se trata de defender...

SUBSAHARIANO

La raíz de nuestra mala conciencia, lo que no nos podemos perdonar, es haberles llamado “subsaharianos”. Quien inventó “subsahariano”, creyó que había dado con la cuadratura del círculo. Al cargar de geografía el concepto le restó racismo y desigualdad: ni negros, ni miserables, sólo “subsaharianos”. No es una cuestión de política, sólo de distancia. Al usar la palabra “subsahariano”, nos complacíamos de que limitara al sur con el desierto del Sahara, que es un desierto tan grande que lo suponíamos disuasorio. Si eran “subsaharianos”, ni era culpa suya, ni era culpa nuestra, ni les íbamos a ver el pelo. Por eso “subsahariano” fue una palabra tranquilizadora. Ahora, cuando la realidad ha reventado sus costuras, descubrimos que la palabra “subsahariano” es ella misma sublingüística y que, aunque es lo suficientemente larga y absurda como para ser políticamente correcta, deja a la intemperie a los negros muertos de hambre que nos quiere ocultar (al usarla, nos queremos). Pero eso no es ...