EL PODER DE LAS PALABRAS (Y 4)
He dejado de escribir no por pereza sino porque noto toda la intensidad de un poder de las palabras que ignoraba: el poder de que la compañía a la que has contratado internet y el teléfono te quite la conexión, por la cara. NO OS HAGÁIS DE WANADOO. Escribo desde el instituto sólo para que los cuatro gatos que leen esto sepan que no ha pasado nada físico (iba a escribir que no ha pasado nada grave, pero una semana sin conexión sí es algo grave) y que el nuevo presidente del Real Madrid se da un aire a Locomotoro, lo cual ignoro si es bueno o malo.