PRINCIPE DE ASTURIAS Y TIEMPO
El Real Madrid compró a los que habían sido los mejores jugadores del mundo. Pasado. El Barcelona al que iba a serlo. Futuro. Ganó el Barça y marcó tendencia. El año pasado, la Fundación Príncipe de Asturias concedió su premio de los deportes al que iba a ser campeón del mundo de automovilismo. Apostó por el futuro, como el Barcelona. Este año no le ha dado tiempo: el mundial de baloncesto acabó unos días antes y la Fundación ha tenido que volver a dar su premio a quien ya ha sido algo. Una pena. Y todo por unos pocos días y por una canasta que fallaron los argentinos. Esos elementos circunstanciales no se pueden achacar al jurado. El jurado ha vuelto a dar en el clavo, sólo que una incorrecta planificación del calendario ha jugado en su contra. La dignidad de la institución queda incólume, aunque urge modificar los estatutos para que estas simpáticas personas puedan reunirse, con el resto de los forofos nacionales (y quizá con el presentador de la sexta), y volver a dar sus premios po