PRESUPUESTOS FAMILIARES
En una comentario a “constitución y nacionalistas”, heptafon dice que fui a las Discípulas, como Zapatero. Lo de Zapatero no lo sé. Pero yo no fui a las Discípulas de Jesús, tan cercanas a mi casa, sino un poco más allá, a las Carmelitas. Aunque como sabe heptafón tan bien como el mejor, sólo durante “los antiguos parvulitos” (como “las antiguas pesetas”), hoy llamados educación preescolar. El resto fue Público. Y quizá notorio. Lo cierto es que ese comentario, la propia palabra “discípulas”, abrió mi memoria, como la magdalena abrió la de Marcel. Y por ese resquicio se fueron colando nombres infantiles, que construyen un marco categorial y sociológico estupefaciente: hermanas carmelitas, damas catequistas, teresianas, discípulas, descalzas, canónigos de la catedral, canónigos de San Isidoro, catedráticos de teología, sacristanes, párrocos y coadjutores, del OSCUS, del Opus, de acción católica, de cáritas diocesana, de la asociación leonesa de caridad, de la cofradía de dulce n