SOTERRAMIENTO DE LAS VIAS
Soy tan simple que mi mayor problema político es el soterramiento de una vías. La ciudad en la que vivo, vista desde el cielo, está situada junto a una ría. Por la tierra, que es por donde suele ir la gente, la cosa es más complicada: la vía del tren nos separa y sólo deja abierto un paso. Así, la ciudad y la ría,como las sustancias de Descartes, corren paralelas, comunicadas sólo por una diminuta glándula pineal. Cuando el PP gobernaba, el PSOE salió a la calle a manifestarse a favor del soterramiento. Ya en la alcaldía, el PSOE declaró el soterramiento imposible. Por lo tanto, ahora lo propone el PP como la estrella de su programa. En un mundo como yo me lo imagino, los candidatos deberían explicar la imposibilidad y la posibilidad, poniendo sobre el tapete los argumentos técnicos, los costes posibles y sus vías de financiación. Y, entonces, ciudadanos de a pie, como un menda, decidiríamos quién nos conviene más. En el mundo real, el alcalde de Oviedo, caliente ante el fervor de los