LOS OBISPOS JUEGAN A PICA
"Jugar a pica", en León al menos, era que un niño perseguía a otros y, cuando tocaba a alguno, le transfería la tarea: era ese otro el que tenía que perseguir a los demás. Las reglas incluían la posibilidad de refugiarse de la persecución en algunas condiciones. Por ejemplo, subiendo a una altura. A eso se le llamaba, paradójicamente "pica en alto": porque en alto no te podían "picar". Los obispos salen a la plaza a jugar a la política, se ponen a perseguir gente y, como tocan a los otros, les empiezan a perseguir a ellos. Esta segunda parte del juego algunos no la tenían clara y, entonces, se acogen a las viejas reglas infantiles, buscan refugio y se esconden. En el evangelio. - Esto es seguro, piensan. Hasta aquí no se van a meter. -Yo, sí. A mi no me parece mal que los obispos se metan explícitamente en política. Al fin de cuentas, viven en palacios episcopales. Creo que aclara la situación. Son un grupo de poder, se comportan como tal y lo hacen saber.