RADIO MARÍA
El libro de instrucciones de la radio de nuestro coche ocupa la mitad de páginas que las instrucciones del coche entero. Allí, en algún lugar, se explica cómo oír la misma cadena aunque cambie la emisora. No hemos llegado tan lejos en nuestras averiguaciones y cada vez que el sonido se va perdiendo cambiamos a mano. Entonces, sí o sí, aparece Radio María. Radio María nos muestra la existencia de una potente red de emisoras, de otros gustos y de otros mensajes. Es, en la radio, como el zapeo de la tele, esa opción rápida donde te enteras de que Gran Hermano aún existe. Apréciese la metáfora, porque es redonda. Al parecer, Radio María ha sido el motor de la llegada al poder de los gemelos Zaczynski. Una COPE polaca y eficaz que, en lugar de quedarse en el calentón, llega al orgasmo. La COPE no la he oído casi nunca, pues sus contenidos, por simpáticos, acaban alcanzándote. Por contra, en los brevísimos pero múltiples momentos en que he oído Radio María, no he adivinado más gracia que