LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA EN LOS BARES
La preocupación por la financiación es una preocupación catalana sincera. Lo sabemos todos los que hemos tratado con catalanes de carne y hueso. Son muy majos, pero en la cuestión del gasto presentan unas rigideces muy suyas. No es por nada personal, sino porque las formas de pagar son cultura. Y a los catalanes, desde niños, se les enseña que cada uno se paga lo suyo. En León lo hacíamos con un fondo. En Asturias he visto que tiran mucho de rondas. Si cada uno se paga lo suyo, cada uno responde de lo que pide y entrar y salir de las fiestas es fácil, rápido y descomprometido. La unidad de gasto es mínima y no hay sobrantes en caja. Gana el frugal. Si se paga con fondo, las alegrías de gasto pueden crear injusticias, entrar en un grupo supone aportar una suma y salir abandonar un remanente. Gana el que aguanta. Si se paga a rondas, la justicia exige un gasto desbordante, porque el grupo no debería abandonarse hasta que todo el mundo haya abonado la suya, la unidad de gasto es enorme y