LA CAUSA DEL ACCIDENTE
El día que Raquel y yo tuvimos la elegancia, que algunos confundirán con la suerte, de salir indemnes de nuestro primer accidente juntos (ella ya había tenido el suyo con dos compañeros de trabajo, pero yo preferí no hacer preguntas y actuar como si aquello no hubiera pasado), los amables ciudadanos que acudieron en nuestro auxilio y que nos ayudaron a salir del coche en el que nos encontrábamos, sorprendidos y felices, pero boca abajo, nos dijeron que habían visto una de nuestras ruedas (la de la foto) corriendo libre de la atadura al coche, que iba detrás. Cuando llegó la guardia civil, se deshizo la pareja (la suya) y nosotros estuvimos hablando con uno de los agentes, mientras el otro iba a su bola. Nuestro contertulio fue siguiendo con nosotros el rastro de la rueda independentista y quedó convencido de aquella extraña historia. Lo curioso es que el informe lo hacía el otro, que nos entregó un papel muy formal en el que se podía leer que la causa del accidente era