UNIDÁ
Vino un cuenta-cuentos al gimnasio a dar su espectáculo. Me pidieron que llevara a mis alumnos y allí había muchos más. El cuenta-cuentos en realidad era un monologuista. Un monologuista en asturiano (de ahí que se hubiera convocado a tantos alumnos, supongo). Un monologuista autobiográfico en asturiano. De niño había vivido en un barrio obrero que quedaba entre una fábrica muy grande (fabricona) y una autopista, un sitio muy contaminado (mu contaminau, con mucho fumo) y con unas alternativas de ocio que hasta a su padre (brutu, brutu) le parecían mejorables, por lo que, cuando a los doce años le pilló fumando un canuto, ante tanto exceso de humo, decidió evitarle problemas respiratorios llevándole a vivir a la aldea, donde casi se axfisia por exceso de oxígeno. En el pueblo trató con gente aún más bruta y le tuvieron que retornar al barrio, donde siguió su deficiente proceso de escolarización, haciéndose amigo de unos cuantos bandarras "de necesidades educativas especiales"