EL EXTRANJERO
La dirección del blog es “quehabladespain” y el título “soliloquios españoles”. Estas expresiones, que pueden parecer presuntuosas, pretenden ser modestas. No exhiben una ambición sino que constatan un horizonte. Querrían ser como una boina verbal: una muestra física de una limitación mental. Se trata de reconocer un origen y un límite. Como de ahí se viene, de eso se habla.
Y esa actitud, ¿por qué? Por la sorpresa que produce lo contrario. Por la cantidad de veces que he sentido extrañeza ante provincianos recalcitrantes que exclaman, indignados, que ciertas cosas no ocurren más que aquí, seguro como estoy de que ellos no conocen ningún allí, sino que se lo imaginan.
Lo que más me asombra de esa actitud es lo necesitada que está de un juicio externo. Sabe que hace el mal porque los demás no lo hacen. Es de un gregarismo sofocante. Lo que más me molesta, sin embargo, es el empleo de un efectismo lingüístico: como si nuestros defectos no pudieran describirse en sus justos límites, prefieren proyectarles la sombra contrastadora de un extranjero inventado. Es un estilo deformante, dramatizador, distorsionador, publicitario, feo, y frecuente.
Dicho lo anterior, lo cierto es que, pasado el tiempo, tanto el título como la dirección, por modestos, han acabado por resultarme insufriblemente jactanciosos. Como si al restringir el campo, se acotara un terreno del que sí se va a hablar con propiedad. Qué modesto soy que no hablo de todo, sólo de España. No llega a repugnante, es sólo repulsivo. Me gustaría que me produjera vergüenza ajena, pero me la produce propia.
La opción elegante es callarse, que es lo que he estado haciendo desde que Telefónica resolvió (hace más de un mes, y mal), lo que Wanadoo, dejó hecho unos zorros. Ocurre que alguna gente me pide que vuelva a escribir. Supongo que por lo que de terapéutico pudieran tener las tertulias que con esa excusa se montaban. Y creo que voy a volver a hacerlo, no porque piense que tenga nada que decir, sino porque las bobadas las pienso igual aunque no las escriba y, por un poco más, me hago la desilusión de que, además de un pensador, tienen un sentido.
Y esa actitud, ¿por qué? Por la sorpresa que produce lo contrario. Por la cantidad de veces que he sentido extrañeza ante provincianos recalcitrantes que exclaman, indignados, que ciertas cosas no ocurren más que aquí, seguro como estoy de que ellos no conocen ningún allí, sino que se lo imaginan.
Lo que más me asombra de esa actitud es lo necesitada que está de un juicio externo. Sabe que hace el mal porque los demás no lo hacen. Es de un gregarismo sofocante. Lo que más me molesta, sin embargo, es el empleo de un efectismo lingüístico: como si nuestros defectos no pudieran describirse en sus justos límites, prefieren proyectarles la sombra contrastadora de un extranjero inventado. Es un estilo deformante, dramatizador, distorsionador, publicitario, feo, y frecuente.
Dicho lo anterior, lo cierto es que, pasado el tiempo, tanto el título como la dirección, por modestos, han acabado por resultarme insufriblemente jactanciosos. Como si al restringir el campo, se acotara un terreno del que sí se va a hablar con propiedad. Qué modesto soy que no hablo de todo, sólo de España. No llega a repugnante, es sólo repulsivo. Me gustaría que me produjera vergüenza ajena, pero me la produce propia.
La opción elegante es callarse, que es lo que he estado haciendo desde que Telefónica resolvió (hace más de un mes, y mal), lo que Wanadoo, dejó hecho unos zorros. Ocurre que alguna gente me pide que vuelva a escribir. Supongo que por lo que de terapéutico pudieran tener las tertulias que con esa excusa se montaban. Y creo que voy a volver a hacerlo, no porque piense que tenga nada que decir, sino porque las bobadas las pienso igual aunque no las escriba y, por un poco más, me hago la desilusión de que, además de un pensador, tienen un sentido.
Comentarios
ha vuelto... y bicampeones.
Una persona no debe tener más de 70 cambios de carácter.
Dices: "Supongo que por lo que de terapéutico pudieran tener las tertulias que con esa excusa se montaban." Pues claro que son terapéuticas: Pablo y yo nos escarallamos de risa leyendo y, aunque esté muy feo el decirlo, a veces también escribiendo. Por no hablar de lo que supone un blog de esta calidad en la vida social de la esposa de un leonés.
(Please, suprime la verificación de la palabra.)
Pero al escribirla haces feliz a la afición. Mi blog es aburrido (aunque terapéutico, para mi) y el de Mr Jotas me supera en (bastantes) ocasiones: era necesario el retonno del poder de la palabra.
El maromo se va el 28/06 y las chicas lo hacemos el 29/06. Hasta el domingo 02/07.
Y la maroma apostilla: "El maromo se va el 28/06 y las chicas lo hacemos el 29/06. Hasta el domingo 02/07".
Ambigüedad calculada, concreción manifiesta.
¿No había sitio en el mismo cayuco?
¿Había fuera de juego en el gol de Eto?.
Pues va a ser que no era posible.
Una, que es una pringá.
El maromo: un vividor...alega obligatoria asistencia al evento que lo convoca en esas tierras.
Yo, con poder pirarme el jueves y el viernes me considero afortunada.
Pero a lo que vamos, nos veremos ¿no?
Como la dieta del Dr. Melendez:
máximo una vez al día, mínimo una vez a la semana.
Y yo que creía que con lo de la opción elegante se refería a Marichalar.
Vd. vida tiene y social mucha. Si de mi depende, claro.
Hoy he estado hablando con otro matimonio de matemáticos, profesores de la Univeridad de aquí, que son muy, muy parecidos. Seguro que Vds. mejores personas y eso que ellos también lo parecen.
Se llaman Polo y María. Y no, no se tratan de succionables ni fumables.
Guapetones. De Cadiz él y ella isleña. La hija es amiga de la nuestra. Harían buenas migas, aunque creo que el buen humor de la gallegiña Ana es insuperable.
Te veré en octubre. Besos.