soliloquios

Con una actitud que nadie que conozca a los españoles podría considerar electoralista, el PP optó por colocarse al lado de Israel en su campaña contra el Líbano. Al principio habló Eduardo Zaplana (he votado por él en una encuesta sobre con qué político te gustaría irte de vacaciones). Dijo que el gobierno estaba haciendo el ridículo aislándose de la comunidad internacional, que Zapatero estaba otra vez en fuera de juego, y así. Lo habitual. La razón que se exhibía para defender a Israel es la lucha contra el terrorismo. El PP, lógicamente, está con los que luchan contra el terrorismo. (Los demás están con el terrorismo, como es bien sabido). Como, con el pasar de los días, la lucha contra el terrorismo llevaba a Israel a cometer desmanes que no quedaban bien en televisión, el PP sacó a Gabriel Elorriaga a mantener el discurso con una cara más amable. Yo le oí en una entrevista en la Ser. Dijo que no podía pronunciarse sobre la proporcionalidad de la reacción israelí y se refugió otra

Bajo al quiosco y me encuentro, en las portadas, lo de siempre: antagonismos y obsesiones. El quiosco español parece un tratado de siquiatría. Según llego, me vence el morbo y me fijo en la portada de El MUNDO. El pobrecín está como está y no puede dejar de luchar contra sus fantasmas. Obsesivo perdido, EL MUNDO afirma:Los científicos ven 'inverosímil' que no se pueda identificar la dinamita del 11-M No sólo oyen voces (de científicos, al parecer), sino que hablan para otros enfermos. Ninguna persona que no esté siguiendo sus desvaríos sabría de qué está hablando. Si era dinamita ¿no está ya identificada? ¿No habían desactivado una mochila sin estallar? Supongo que por las preguntas me delato y muestro lo extendida que está la conspiración. Compro EL PAIS, que desde que tiene nuevo director empieza a mostrar también síntomas obsesivos. La noticia principal de la portada de EL PAIS es "El dueño de la macrourbanización de Seseña ha contratado a concejales y técnicos municip

Extracto de una noticia de El Pais de hoy: La decisión del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, de oficiar una boda gay ha provocado un choque entre el PP y la Iglesia católica. Aunque ambos han caminado de la mano en su rechazo a la ley que permite las bodas homosexuales, el oficio por parte de cargos públicos del PP de algunas bodas ha desatado las primeras grietas, y ayer, un enfrentamiento. El arzobispado de Madrid, cuyo titular es el cardenal Rouco Varela, advirtió ayer que la Iglesia recuerda a "los fieles católicos, incluidos los políticos católicos", que "el matrimonio no puede ser contraído más que por una mujer y un varón". Mal expresado. Expresión poco católica. Bien dicho sería así: El arzobispado católico de Madrid, cuyo titular es el cardenal católico Rouco Varela advirtió ayer que la Iglesia católica recuerda a sus fieles católicos, incluidos los políticos católicos que el matrimonio católico no puede ser contraído más que por una mujer y un v