EL SUPLICIO DE MEZENCIO
Una forma de suplicio romano consistía en atar, a un vivo, un muerto. Un vivo más un muerto suman dos. Dos muertos. Uno que ya lo está y otro que va a estarlo. Lentamente.
Cuando lo leí, imaginé que los atarían por la espalda, que el suplicio consistiría en llevar a la espalda un cadáver, notar como se pudre, olerlo, sentir, antes de verlos, como se mueven los gusanos que corromperán también el cuerpo sano.
Pues no era así. Al parecer los unían de frente, juntaban las bocas. De modo que el suplicio de Mezencio no tenía sutileza. El asco formaba, desde el principio, parte del castigo.
Desde Lehman Brothers la crisis consistió en cómo los Estados, vivos, abrazaron al sistema financiero, muerto. Sin embargo, hasta el morreo entre Rajoy y Rato, atados a Bankia, olíamos la peste del cadáver, sin sentir este asco de ahora, este asco tan viejo, este invento de Mezencio.
Cuando lo leí, imaginé que los atarían por la espalda, que el suplicio consistiría en llevar a la espalda un cadáver, notar como se pudre, olerlo, sentir, antes de verlos, como se mueven los gusanos que corromperán también el cuerpo sano.
Pues no era así. Al parecer los unían de frente, juntaban las bocas. De modo que el suplicio de Mezencio no tenía sutileza. El asco formaba, desde el principio, parte del castigo.
Desde Lehman Brothers la crisis consistió en cómo los Estados, vivos, abrazaron al sistema financiero, muerto. Sin embargo, hasta el morreo entre Rajoy y Rato, atados a Bankia, olíamos la peste del cadáver, sin sentir este asco de ahora, este asco tan viejo, este invento de Mezencio.
Comentarios
E impresionante que se te ocurra la metáfora. Lo que no estoy seguro es si será verdad.
Esperemos que no. Ojalá no sea acertada. Parece que los americanos metieron mucho dinero en los bancos y no les ha ido del todo mal. ¿no?