JAPÓN. TERREMOTO, TSUNAMI Y CATÁSTROFE NUCLEAR

El terremoto de Haiti parecía más injusto porque se sabía que un país bien preparado apenas habría sufrido bajo una catástrofe igual.

El terremoto de Japón es el ejemplo que se estaba esperando. El país mejor preparado para resistir terremotos sufría el terremoto de mayor magnitud registrado. A primera hora de la mañana en la emisora que yo oía se confirmó un muerto.

Sin embargo, poco después se avisó del tsunami y el tsunami visto en directo por todas las televisiones fue impresionante y se llevó por delante prodigios tecnológicos japoneses: un aeropuerto como si fuera una maqueta. La ola era imparable.


Y no sólo la ola se burló de la arquitectura y la previsión sino que el terremoto afectó a las centrales nucleares, dos de las cuáles sufrieron daños quizá irreparables, quizá catastróficos. Aún no se sabe.

Primero una ola que aparecía con su fuerza prodigiosa en lugares donde jamás se pensaba que pudiera aparecer el océano, arrasando con la vida, con las propiedades y con la propia geografía.

Luego la amenaza de una catástrofe aún mayor: el riesgo de una radiación invisible que puede infectar con tritio los tiroides, una batalla que puede arrasar con la vida, con la salud, con la propia anatomía.

La barrera contra los terremotos no pudo con el terremoto. La tecnología que iba a salvar a los japoneses, puede hundir a los japoneses.

Los haitianos tienen el triste consuelo de saber que su salvación podía haber sido su holocausto. Un holocausto radiactivo, algo impensable para los haitianos y de lo que los japoneses, especialistas en terremotos, si tienen memoria. Y ahora, quizá, algo más.

Comentarios

heptafon ha dicho que…
Hay muchos vídeos este
o
este que es mejor.

Impresionante. Parecen maquetas.
Anónimo ha dicho que…
Lo más inquietante es ver esos diminutos coches intentando escapar de la enorme masa. Las imágenes se suelen cortar pudorosamente cuando van a ser alcanzados.
pipurrax
Anónimo ha dicho que…
Y lo más triste de todo es que como la radiación no se ve, algunos, que por otro lado creen en dios, negarán de su existencia. Y oiga, póngame usted centrales nucleares que son muy buenas pero si me ponen una antena de teléfonos cerca de casa le monto un cristo...
Anónimo ha dicho que…
Es que si los ecologistas llevasen el pelo más corto, o más largo... pero nada. Así quién va a querer defender lo eólico.
pipurrax.
Loiayirga ha dicho que…
Este post se basa en una paradoja llamativa, que gusta al lector, a mi me gustó la primera vez que la leí. La paradoja es que “la tecnología que los iba a salvar puede ser su destrucción”. Pero si se examina con detenimiento se ve claramente que es falsa.
“La barrera contra los terremotos no pudo con el terremoto.” Se dice. La tecnología contra el terremoto salvo la vida a toda la población de Tokio, y a todas las ciudades que no estaban en la costa afectada por el maremoto, un montón de millones de personas. O sea, la tecnología ¡Chapeau!
“La tecnología que iba a salvar a los japoneses, puede hundir a los japoneses.” Esta aún por ver que los vaya hundir. De momento fue la tecnología la que los levantó hasta hacerlos una de las economía más fuertes del planeta. Mucho los tendría que hundir para no compensar. En esta ocasión ha salvado de morir a la gran mayoría. Ya por esa razón habría merecido la pena. Creo que habrá muertos por la catástrofe nuclear, seguramente muertes lentas, muertes sordas, muertes a las cuales es más difícil verles la relación causa-efecto. Muertes como las de Chernobil, que no se cuantos muertos contabiliza. En cualquier caso, por muchos que mate no creo que el accidente de Fukushima llegue a matar tantos como ha salvado en esta ocasión.
Ángel ha dicho que…
Estoy de acuerdo con Loya en que el uso que hago de "tecnología" es abstracto y falsea el sentido de lo que se dice. La tecnología arquitectónica ha salvado muchas vidas. La tecnología energética nuclear añade un factor de riesgo catastrófico de una dimensión nueva.