LA CRISIS Y LOS PRONÓSTICOS


Ha pasado poco más de un mes desde la cena con la que los emparejados de la pandilla adolescente que aún volvemos a casa por navidad nos homenajeamos cada año en el restaurante Formela de León. Una cena soberbia en el magnífico restaurante del hotel Quindós, nuestro hotel preferido, en cuya cafetería nos gusta encontrarnos a disfrutar de sus whiskis y su ambiente.

Entre tanta comodidad, eligiendo entre abundancias y calidades, tuvimos que hablar de la crisis. La crisis como tema, claro. Pero la crisis, en ese ambiente, como amenaza de la pérdida, precisamente, de esas confortables circunstancias para hablar sobre la crisis, o sobre cualquier otra cosa. La cuestión, convertida poco después en apuesta, era el fin de la crisis y la novedad que propuse, y fue mayoritariamente asumida, de que el fin de la crisis no sería en 2010. Hubo quien defendió el mensaje de Zapatero, saldriamos en el segundo semestre de 2009. Y hubo quien apostó, contra todos, por la salida en el 2010, con una gran confianza en que, al menos, la crisis no se le llevaría a él por delante, porque pensaba pagar la cuenta común.

Desde hace un mes, los pronósticos se han hecho más pesimistas. El FMI y la Comisión Europea suponen que el retroceso de España se mantendrá, efectivamente, en 2010. Ahora, un mes después, el apostador optimista, apoyado en los datos públicos de entonces, puede parecer ingenuo. Pero si el pesimismo se consolida a estas velocidades, cubriendo con su sombra años enteros, entonces la pregunta es, más bien, si la crisis dejará de ser un tema para nosotros y perderemos por el camino no sólo el lujo de acabar las cenas entre copas de ron Zacapa centenario y maltas Macallan que envejecieron cuando nosotros aún éramos jóvenes, sino la posibilidad de seguir haciendo apuestas como si fuéramos iguales, porque la crisis nos arrastre lejos de la mesa redonda del restaurante Formela, a lugares muy distantes del desastre social.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Sé que los comensales son prudentes en el comer y austeros en el beber. La minuta ya está bien protegida en un Hedge Found de las Caimán. Y el juez es parte (y buen amigo).
Pero si salimos de la crisis, Macallan bailará para nosotros all night long.

PD: Obviamente no sé cuándo saldremos de la crisis. Lo que me sorprendió fué el miedo del funcionario (¿de qué sirve ser funcionario, pues?).
Anónimo ha dicho que…
Crisis. What crisis?
Para Vds lo peor será no estar emparejados, requisito sine qua non para el homenaje.
La crisis de la pareja.
Si no, pan y cebolla.

devisita
heptafon ha dicho que…
Qué es crisis? Cuando tengamos cartilla de racionamiento será una CRISIS. No lo descarto, aunque puestos a ser pesimistas, podemos pasar al escenario madmax o Resident evil (la versión canibal). Hordas de supervivientes viviendo de restos de la civilización (o de sus congéneres).

Quedamos pues en otra apuesta mayor: la extinción de la especie humana. PLAZO, 30 AÑOS. Yo voy a hacer acopio de algún tipo de veneno para no morir devorado vivo por caníbales. Si me comen, que sea muerto.

PD. Yo aposté por la recuperación a finales del 2010, pero a pesimista no me ganan estos pronosticadores que hace un año lo veían todo rosa salvo cuatro excepciones. La tendencia ha cambiado y nadie va a dar lugar que le acusen de nuevo de exceso de optimismo. A la prensa además le encanta dar malas noticias. He visto titulares de 13000 despidos en empresas con más de 500000 empleados.

PPD todo este peazo comentario es para decir que prefiero ser algo optimista (tendencia invertida a finales del 2010) a dejarme llevar por el pesimismo, que es algo que se me da bien: a fecha 11-10-2008 no contaba con que la sociedad funcionase a estas alturas. Y eso si es una crisis (personal eso sí).
heptafon ha dicho que…
Yo no hice los cálculos llevado por los datos oficiales. De ZP sólo se pueden esperar buenas noticias y estas son, ahora mismo, mentiras.

Mis previsiones a fecha 11-10-2008 eran el fin del sistema financiero a corto plazo. El dinero deja de tener valor y se descompone el tejido social casi de inmediato: sin distribución de bienes es el fin de las ciudades. Todavía puede pasar.

Comprad una casa en el campo, aislada y haced acopio de productos no perecederos. Incluidas armas: por si los caníbales.