LA MINISTRA Y EL PORQUERO

Para celebrar los veinte años de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas (cómo suenan las frases periodísticas, Dios), la ministra de Defensa se reunió con un grupo de mujeres militares.
-¿A qué dedicaron la mayor parte de la reunión?
- A hablar de ropa.

Lo anterior no es un chiste de Jiménez Losantos, aunque lo parezca. Lo dijo la ministra.

Aquí lo que interesa es el distinto sentido que adquiere una misma idea según quién la enuncie. Lo mismo puede ser, por ejemplo, un chiste machista o una reivindicación feminista.



Leí ayer un artículo titulado "Entre un gilipollas y una negra resentida". El autor, un señor que preside el Spain Study Group, de cuya existencia me enteré al final del artículo, transcribe, sin avisar, un montón de insultos de Jiménez Losantos. Como no lo dice al principio, impresiona, pues piensas que esas cosas no pueden decirse. Lo cierto es que, cuando descubres que son cosas dichas por Jiménez Losantos te relajas. Piensas: es la enfermedad diagnosticada, no tengo nada nuevo. Conclusión: admitimos que algunas personas tienen derecho a hablar de una determinada manera, que es cosa nuestra tragarnos sus prejuicios. Y, como en un menú de Ferrán Adriá, somos capaces de tragarnos dos prejuicios inversos, frío y caliente, amargo y dulce, del mismo bocado. A mi me cuesta.


"La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.

Agamenón: —Conforme.

El porquero: —No me convence".

Antonio MACHADO / Juan DE MAIRENA

PD. La foto, muy bonita por cierto, es de EP y en ella se muestra claramente que, en efecto, a la ministra las mangas le arrugan.