LUIS ARAGONÉS
Los futbolistas siempre tuvieron nombre propio y las generaciones se diferencian por los primeros que recuerdan. Los que cantan las delanteras de cinco en cinco es que son del bachillerato antiguo.
Pese a la singularidad de los futbolistas, en el principio fue el juego colectivo. Al menos, para los niños de antes. En mi caso, una canción lo deja más que claro:
"la raspa la inventó
Amancio con el balón.
Amancio tira a Pirri
y Pirri tira a Muñoz.
Muñoz se tira un pedo
y asusta al portero".
La filigrana incomprensible de Muñoz (incomprensible porque Muñoz era el entrenador), tenía, lógicamente, mucho interés para mi mentalidad de entonces. Esa jugada un niño podía imitarla. A donde quiero ir a parar es a que hasta 1973 no me enteré de que se podía mirar a los futbolistas por separado, uno a uno, solos. Fue cuando el Barça fichó a Johan Cruiff y el Real Madrid a Günter Netzer. A partir de entonces, el diario ABC inventó la moviola. Por eso, los lunes yo cruzaba a casa de mi abuelo para deleitarme con las páginas de deporte, donde un ilustrador dibujaba los movimientos de ataque de las dos estrellas extranjeras (se sabía que eran ellas porque, como eran rubios, dejaba sin rellenar el espacio que correspondía al pelo). Pequeños muñecos en un papel representaban a Netzer y a Cruiff en el espacio de una viñeta que mostraba desde los alrededores del área grande hasta la portería, y yo podía ver, con mis propios ojos, cómo aquellos muñecos de melena transparente habían sido básicos en los goles del domingo.
-Como Luis
- Sí, como Luis. Es verdad. Porque, antes de Netzer y de Cruiff, Luis, con el pelo negro, corto y con patillas espesas, metía los goles de falta: pensándolo antes un rato, desde parado. Él solo, vamos.
Le preguntaban hace unos días a Netzer, quien con el tiempo ha desarrollado una sorprendente tendencia a parecerse al Fary, si conocía a Luis:
-El único centrocampista que corría menos que yo.
Luis era también de la selección española de fútbol cuando la entrenaba Kubala, esto es, siempre, porque Kubala fue seleccionador 11 años, un año por cada jugador que tenía que alinear. La cosa es que, antes, Kubala, futbolista por los cuatro costados, había sido jugador del Barça durante otros 11 años. Al llegar a España se había sorprendido porque los futbolistas españoles no sabían dar efecto al balón. Se limitaban a chutar fuerte y hacia delante ( como refleja a la perfección la famosa frase de Belauste, fotografiado abajo: A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo). Todos, menos uno, según cuenta Patxo Unzueta:
El 5 de enero de 1947 jugó un amistoso en Bilbao el San Lorenzo de Almagro, considerado el mejor equipo del mundo. Su juego se basaba en toques rápidos en corto a fin de retener la pelota y abrir huecos en la retaguardia rival. El público de San Mamés comentaba asombrado: "¡Anda, pero si juegan todos como Panizo!"
La cosa es que, unos veinte años después, Luis Aragonés, un centrocampista con patillas de Curro Jiménez y la cintura ancha, sabía dar efecto a la pelota. Y casi cuarenta años más tarde, como seleccionador, se le ocurrió la idea de responder por las bravas a la gran pregunta que planteo Menotti:
- España tiene que decidir si es toro o torero
Un tipo cuyo nombre se recuerda entre cinco (Ufarte, Luis, Garate, Irureta y Alberto), pero que no pudo acabar el bachillerato antiguo decidió que los chicos de la ESO eran más listos que todos aquellos mitos con la cabeza vendada y que se podía volver al juego colectivo tirando paredes en vez de pedos y, con esos mimbres, logró que España jugara al fútbol mejor que nadie, y ganara.
Luis Aragonés, un abuelo, representa lo mejor de este país: la capacidad de los mayores, educados en una precaridad tan excesiva que solo puede ser sublimada (nunca admitida), de adaptarse a una juventud claramente superior y de subirse a ese carro o, como es el caso, impulsarlo.
Un tipo que apenas sabe hablar (y tal), que primero protesta (eso no es así), que todo lo resume en arcanos (son las cositas, los códigos), ha sabido reconocer el mérito de los niños que aprendieron a jugar con los equipos en los que Cruiff, ese muñeco con el pelo sin pintar, ya no jugaba, era el entrenador, o el padre espiritual.
Se acabó la furia española, viva el centrocampismo españolo.
PD.
Enlazado con la entrada, hay un honesto artículo de Enric González sobre algunas de estas cosas.
Lo que sigue, de Le Monde:
L'Espagne championne d'Europe de football
Quarante-quatre ans après avoir remporté l'Euro 1964 face à l'URSS, l'Espagne a été sacrée championne d'Europe hier soir au stade Ernst-Happel de Vienne en battant l'Allemagne 1-0. L'attaquant Fernando Torres a offert la victoire à la Roja en inscrivant l'unique but de la rencontre à la 33e minute. Ce matin, la presse allemande salue une victoire "méritée" de l'Espagne à l'issue d'une finale "largement à sens unique" (Tagesspiegel), estimant que tout au long du tournoi, "l'Espagne a livré un football enthousiasmant". Pour Die Welt, "la sélection allemande a manqué de détermination, de chance, et finalement des qualités de jeu et individuelles nécessaires au triomphe".
Comentarios
LA COPA YA ESTÁ AQUÍ!!!
Ahora por fin han ganado y han roto varios mitos. Uno, del que no se ha hablado mucho, es el que decía que los futbolistas técnicos no defienden. Yo nunca he visto un centro del campo más defensivo. Se veía agotamiento en los alemanes y sin embargo los españoles seguían como conejitos Duracell.
Otro mito era el de la necesidad de un líder del equipo o de una figura por encima de los demás. No hace falta más que ver a Portugal que tenía cuatro o cinco líderes y una figura a la que no dejaban tirar las faltas.
Creo que ha sido fundamental que algunos futbolistas hayan salido a jugar fuera de España. Ellos también dejaron León.
Leolo, Enric y Pipurrax.
devisita
Ni caso, Pablo.
devisita
Y, como ya comenté en otra ocasión, me resulta especialmente gratificante que Raúl no fuese necesario para tirar de ningún carro. En los deportes de equipo las figuras sólo sirven si son capaces de adaptarse al colectivo y no al revés.
KK