DISTANCIA Y HUELGA
Fui ayer hasta mercadona: no había yogures y los únicos huevos que quedaban estaban cocidos. La sorpresa de enterarme de que se venden los huevos ya cocidos fue menor que la de encontrar un supermercado con pasillos vacíos. Comprendí que la reposición continua de las mercancías es un presupuesto de nuestra existencia (les pasaba lo mismo a Adán y Eva antes de comer el fruto prohibido). Se ha movido el suelo en el que nos apoyamos: estamos en crisis.
En el frigorífico queda un yogur. Podría desplazarme hasta la cocina y comérmelo. Me disuaden dos cosas: es el último y he leído que el recorrido medio de los ingredientes de un yogur hasta coincidir dentro de un mismo recipiente es de 7000 kms. Leches, fermentos y plásticos han tenido que hacer un largo viaje. Me costaría bien poco levantarme del ordenador, dirigirme a la cocina y zampármelo. Unos pocos pasos para mi, pero dos veces la distancia del Tour de Francia para la sociedad de consumo. Y es que, a 130$ el barril, la sociedad de consumo va a tener que replantearse la posibilidad de transportar los yogures en bicicleta.
En el frigorífico queda un yogur. Podría desplazarme hasta la cocina y comérmelo. Me disuaden dos cosas: es el último y he leído que el recorrido medio de los ingredientes de un yogur hasta coincidir dentro de un mismo recipiente es de 7000 kms. Leches, fermentos y plásticos han tenido que hacer un largo viaje. Me costaría bien poco levantarme del ordenador, dirigirme a la cocina y zampármelo. Unos pocos pasos para mi, pero dos veces la distancia del Tour de Francia para la sociedad de consumo. Y es que, a 130$ el barril, la sociedad de consumo va a tener que replantearse la posibilidad de transportar los yogures en bicicleta.
Comentarios
Básicamente, con la miseria ajena iría engordando mi estómago y mi cuenta corriente.
me comentan los tenderos del barrio que lo que más se ha acaparado durante estos días de huelga es el papel higiénico. ¡¡ País!!.