OFENDER A LOS OBISPOS
Algún eminentísimo, quizá más excelentísimos, y muchos ilustrísimos señores, todos ellos reverendísimos, se han sentido ofendidos por las reacciones que ha cosechado el documento de orientación al voto que sembraron.
Quien se parapeta tras tantos superlativos es normal que se mosquee fácilmente.
- ¿En qué se pueden ofender los obispos?
- Depende, ¿quiénes son y qué respeto merecen?
Son personas que ocupan un cargo obtenido por cooptación dentro de una institución cuyos miembros son reclutados y adoctrinados en la infancia. Esto explica dos cosas: lo poco ventiladas de sus propias ideas, maceradas desde mucho antes de que pudiera surgir ningún sentido crítico, y el grado de implicación emocional de sus inferiores, amaestrados por estos mismos maestros desde su primer y, por eso, más íntimo aprendizaje.
Quien disfruta de un poder tal sobre la conciencia de las personas y , además, oye decir su nombre detrás de las expresiones "Ilustrísimo", "reverendísimo" y "señor obispo", es normal que no esté de aguantar reacción ninguna ni obviedades como estas.
Quien se parapeta tras tantos superlativos es normal que se mosquee fácilmente.
- ¿En qué se pueden ofender los obispos?
- Depende, ¿quiénes son y qué respeto merecen?
Son personas que ocupan un cargo obtenido por cooptación dentro de una institución cuyos miembros son reclutados y adoctrinados en la infancia. Esto explica dos cosas: lo poco ventiladas de sus propias ideas, maceradas desde mucho antes de que pudiera surgir ningún sentido crítico, y el grado de implicación emocional de sus inferiores, amaestrados por estos mismos maestros desde su primer y, por eso, más íntimo aprendizaje.
Quien disfruta de un poder tal sobre la conciencia de las personas y , además, oye decir su nombre detrás de las expresiones "Ilustrísimo", "reverendísimo" y "señor obispo", es normal que no esté de aguantar reacción ninguna ni obviedades como estas.
Comentarios
Es que son clavaos, oiga usté
Por otro lado, como te dijo don´t, tienes buen gusto para los restaurantes.
Y por último, creo que estás flaqueando algo en tu fe.