FERNANDO ALONSO Y EL FRANQUISMO

Leí ayer en un periódico que Fernando Alonso está solo contra la FIA, contra Ferrari, contra su compañero y contra su equipo. Eso sí que es estar realmente solo. Y realmente contra. La gente cree que contra viene de solo. Yo creo que está solo porque está contra.

Una frase tan paranoica da para mucha reflexión. La primera que se me ocurrió fue cómo era posible que un chico tan desagradable hubiera contagiado sus manías a tanta gente. No es la primera vez que pasa. Cuando yo era niño me emocioné un día, cuando todos se metían con nosotros. España se está convirtiendo otra vez en un país contagiado de la paranoia de un desagradable.

La fórmula 1 es un juego en el que son fundamentales las condiciones iniciales. Sólo un número minúsculo de participantes (4) parte de unas condiciones que permitan ganar y sólo dos participantes, creíamos, comparten las condiciones iniciales. En realidad no es así. Las condiciones iniciales no las comparte nadie, por el principio de los indiscernibles y Fernando Alonso ha descubierto que si a su compañero de equipo le dan un litro más de gasolina, gana. Lo malo es que también gana si le dan un litro menos. Porque las condiciones iniciales en la fórmula 1, fundamentales, son un arcano. Así los españoles, otra vez reunidos alrededor de una fe en lo incomprensible persuadidos de que todos los demás se unen para engañarnos. Como iraníes.

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