PLANTILLA ABERTZALE

Don't y yo dedicamos uno de nuestros viajes cutres de verano a conocer el País Vasco profundo. Pasamos por aldeas muy limpias de cuyos ayuntamientos e iglesias colgaban grandes retratos en blanco y negro que no eran, precisamente, de santos reconocidos.

Con un sofisticado sentido de la narración, dejamos para el final la plaza fuerte batasunera de Hernani. Allí, rodeados de una gente amable, nos ocurrieron cosas. Para empezar, una duda planteada a un vecino cualquiera nos acabó conduciendo hasta un concejal gordo, cordial, en camiseta, que estaba con los colegas en una terraza. Fue él quién nos recomendó donde dormir, con tan buena suerte, para don't, que pudo hacerlo en una habitación sin ventanas, llámalo zulo, lo cual, en Hernani, es una ambrosía.

Tras abandonar la herricotaberna, donde la decoración eran huchas y ampliaciones de fotocopiadora de retratos más o menos formales de chicos más o menos jóvenes, nos sentamos en una plaza, con vistas al frontón, a tomar una cerveza. Allí, don't me propuso un reto:

- Te doy mil duros si descuelgas aquella pancarta.

Sobre fondo blanco, en letra negra, estaba escrito Gora ETA. Era de noche y no había nadie. Lo cierto es que me pareció imprudente soliviantar la hospitalidad de esa buena gente interveniendo en sus constumbres decorativas.

La gente, por su parte, estaba en una plaza cercana, viendo HORMIGAZ en un cine gratuito al aire libre. Nosotros, que no lo sabíamos, entramos allí por detrás de la pantalla (como en Misterioso asesinato en Manhattan) y recuerdo claramente a las honorables hormigas al revés uniéndose contra las cigarras acaparadoras al revés y sentir como aquel mensaje de Dream Works entraba directo en las cabezas de los niños de Hernani (y de los mayores, supongo), reinterpretado por la mitología local.

Lo que quiero decir es que de una cantera como esa puedes sacar trescientas alineaciones, muchas de ellas de personas que lo más radical que hayan hecho en su vida es ver películas de Walt Disney al aire libre. Impedirlo sólo sería posible ilegalizando el pueblo.

Con todo, recordemos que el Madrid le ganó, hace quince días, al Atletic de Bilbao por 1-4. Viendo a la defensa vasca, me pregunté qué fue de aquellos centrales rotundos que salían de Lezama en hornadas exportables a la mitad de la primera división.

El Atletic juega contra otros, puede perder, y pierde. Los políticos abertzales quizá no tienen otra cosa que hacer que mantener su obstinación y considerar éxitos sus fracasos, pero hasta para eso hacen faltas cualidades y no lo hacen igual de bien las estrellas que los juveniles.