FILOSOFÍA GRIEGA

El pensamiento racional comenzó cuando Parménides distinguió una cosa y su contraria: el ser, es; el no ser, no es. Era un mensaje de una claridad indiscutible y necesaria. Era, sin embargo, insuficiente. Con ese único equipaje se llegaba a extrañas conclusiones: el ser era inmóvil y el veloz Aquiles, por ejemplo, nunca alcanzaría a una tortuga.

Platón y Aristóteles, dentro de ese esquema, introdujeron útiles matices. El primero dijo que se podía ser una cosa y no otra, sin caer en el no ser; el segundo dijo que se podía llegar a ser algo sin serlo todavía, como también se podía haber sido algo distinto de lo que se era, sin que esos cambios ocurrieran sobre el abismo de lo que ni existe ni se explica.

Matices. Pero siempre hay quien piensa: matices, ¿para qué?

Según el Tribunal Supremo, los cachorros de ETA son ETA. El futuro se convierte en presente. Los que pueden ser terroristas son terroristas. La potencia es acto. Según la Audiencia Nacional, el terrorista que cumplió su condena sigue siendo un terrorista (y sigue teniendo condena). El pasado se convierte en presente. El ser permanece por encima del tiempo.

Volver a Parménides es una tendencia constante del pensamiento conservador. Que todo sea uno, y que lo que no es uno, sencillamente, no sea.

Son ideas muy consoladoras. Aunque para consolarse hay cosas mejores. Las ideas deberían servir para explicar lo que pasa. Y mucho me temo que estas ideas, tan poco matizadas, no explican. Tampoco son inútiles. Constriñen la realidad de tal manera que crean lo que definen. Tratados como terroristas, a los alevines de terroristas puede convenirles ser de hecho terroristas. Tratados como terroristas, a los que deberían estar excarcelados les interesa seguir chantajeando al Estado.

Y no es una cosa de terrorismo, es una cosa de filosofía griega.


pd. No olvidarse de que hay unos fotoblogs ahí al lado