LECCIONES DEL 1 DE NOVIEMBRE

Ayer fue un día importante. El Real Madrid se clasificó para la siguiente fase de la liga de campeones, tras ganar por 1-0 al Steaua de Bucarest. El gol fue un fantástico tiro, desde fuera del área, que entró lento y ajustado al palo. Una obra inolvidable de Nicolita. A los menos avisados les pasará que no sepan quién es Nicolita y de qué juega en el Real Madrid. Ningún problema. Nicolita no está en nómina, cobra del Steaua y el gol fue en propia meta. El Real Madrid, propiamente dicho, se limitó a fallar un penalti y un gol a puerta vacía, a un metro de la línea. Cualquiera puede pensar que qué más da, que tres puntos son tres puntos y que ahí nos las den todas. Sí, pero ¿eso es el fútbol?



Las elecciones catalanas también fueron ayer. Si el futbol del Madrid es decreciente, la participación en esas elecciones también. El que gana, crece menguando 100.000 votos. El que puede repetir gobierno merma también en escaños y pierde casi un cuarto de millón de votos, uno de cada cuatro. El mismo porcentaje lo sufre el tercero, contento porque, aunque con enanismo, puede hacerse necesario para los otros dos. Si con un estatuto nuevo, sólo vota un 56%, y todos están contentos, ¿qué cosa es la representación política?