ANALFABETISMO Y POLÍTICA INTERNACIONAL
En la foto de portada de EL PAIS, dos hombres jóvenes de rasgos árabes transportan en brazos a un niño. El niño está encogido, descalzo y sangra por la cara y por el brazo, vueltos hacia el cielo.
Dentro, en Internacional.
Bush cabizbajo, de perfil, ante un atril.
Otra de Bush, en su despacho, mostrando la salida a Rumsfeld, pillado en medio de un paso marcial, que conduce la mirada hacia los zapatos, primero a los Rumsfeld y luego a los del presidente, zapatos negros y relucientes que pisan una densa alfombra circular que se acaba en un suelo de gruesas tablas de madera, veteadas y brillantes, de colores alternos.
En otra página, sobre un fondo con banderas americanas, una mujer de mediana edad, de frente, sonriente, con los brazos en alto y con las manos enlazadas con las de dos hombres que no aparecen en el encuadre. Ante ella, difuminados, un puño y una banderita yankee. Es Nancy Pelosi.
En la página siguiente, Schwarzenegger, en el centro de un grupo de gente sonriente tomados en contrapicado, levanta el pulgar de la mano derecha y deja a la vista un anillo enorme, una hebilla enorme con una calavera en medio, y la fila superior de dientes.
En la página de al lado, Hillary Clinton saluda con la mano extendida y la boca muy abierta, mirando hacia la izquierda del encuadre mientras parece dirigirse hacia la derecha. Detrás pasa Bill, por un pasillo que se supone entre la protagonista y una gente que sostiene carteles donde se lee Hillary, ante una proyección en la que se lee Hillary.
Otra. Un grupo de mujeres norteamericanas (dos negras en primer plano), sonrien y levantan banderitas ante una gran bandera americana.
Más. Una mujer muerta y despeinada, sobre la que descansan dos niños pequeños, muertos y despeinados, detrás de los cuales, un hombre con gafas, bigote, abrigo y jersey, que toca al niño, parece organizar al grupo para que quepa en la bandeja del tanatorio en la que yacen.
Debajo, una mujer palestina mira hacia cámara, con los brazos extendidos, en medio de una habitación con varias colchonetas en el suelo.
En otra página. Un joven moreno, con barba, de cuclillas, mira hacia el suelo. Detrás, una pared irregular, con muescas y algún agujero. Debajo, un suelo de tierra y guijarros.
Más. Dos cadáveres en primer plano, y otros detrás, tirados en el suelo. Son jóvenes soldados, con una mancha de vello bajo la nariz. Un cordel pasa por debajo de sus barbillas y se abrocha en un lazo sobre sus cabezas, dibujando el contorno del rostro. La cabeza de uno de ellos se apoya sobre una bota vacia.
Dentro, en Internacional.
Bush cabizbajo, de perfil, ante un atril.
Otra de Bush, en su despacho, mostrando la salida a Rumsfeld, pillado en medio de un paso marcial, que conduce la mirada hacia los zapatos, primero a los Rumsfeld y luego a los del presidente, zapatos negros y relucientes que pisan una densa alfombra circular que se acaba en un suelo de gruesas tablas de madera, veteadas y brillantes, de colores alternos.
En otra página, sobre un fondo con banderas americanas, una mujer de mediana edad, de frente, sonriente, con los brazos en alto y con las manos enlazadas con las de dos hombres que no aparecen en el encuadre. Ante ella, difuminados, un puño y una banderita yankee. Es Nancy Pelosi.
En la página siguiente, Schwarzenegger, en el centro de un grupo de gente sonriente tomados en contrapicado, levanta el pulgar de la mano derecha y deja a la vista un anillo enorme, una hebilla enorme con una calavera en medio, y la fila superior de dientes.
En la página de al lado, Hillary Clinton saluda con la mano extendida y la boca muy abierta, mirando hacia la izquierda del encuadre mientras parece dirigirse hacia la derecha. Detrás pasa Bill, por un pasillo que se supone entre la protagonista y una gente que sostiene carteles donde se lee Hillary, ante una proyección en la que se lee Hillary.
Otra. Un grupo de mujeres norteamericanas (dos negras en primer plano), sonrien y levantan banderitas ante una gran bandera americana.
Más. Una mujer muerta y despeinada, sobre la que descansan dos niños pequeños, muertos y despeinados, detrás de los cuales, un hombre con gafas, bigote, abrigo y jersey, que toca al niño, parece organizar al grupo para que quepa en la bandeja del tanatorio en la que yacen.
Debajo, una mujer palestina mira hacia cámara, con los brazos extendidos, en medio de una habitación con varias colchonetas en el suelo.
En otra página. Un joven moreno, con barba, de cuclillas, mira hacia el suelo. Detrás, una pared irregular, con muescas y algún agujero. Debajo, un suelo de tierra y guijarros.
Más. Dos cadáveres en primer plano, y otros detrás, tirados en el suelo. Son jóvenes soldados, con una mancha de vello bajo la nariz. Un cordel pasa por debajo de sus barbillas y se abrocha en un lazo sobre sus cabezas, dibujando el contorno del rostro. La cabeza de uno de ellos se apoya sobre una bota vacia.
Comentarios
Por otra parte tenemos imágenes de causa y efecto. Causa: los descamisados; efecto: el cambio de poder en USA.
Hay más interpretaciones pero las dejo a los demás.
El concierto de Keith Jarret en el Real fué el jueves de la semana pasada, el día 9.
Parece que sólo para residentes en Madrid, o para el 62,8% de jubilados. En fin, que tú no podías ir.
Un saludo, Isabel
He leído que la Operación Malaya salpica el fútbol y los toros.
Además, Nadal perdió contra J. Blake.
¿Qué nos queda? ¿En qué creer?
besos