COMER EN CASA DE JUANA
Primer plato. Ingredientes: veinticinco asesinatos y 3000 años de cárcel (mermará).
Cuando en España el terrorismo era el principal problema de los españoles, el terrorista De Juana Chaos fue detenido por veinticinco asesinatos. Fue juzgado y condenado a tres mil años de cárcel. De los tres mil, el máximo que podía cumplir, por ley, eran treinta. De los treinta, con las reducciones que se aplican en las regulaciones penitenciarias, la cosa se le quedó en dieciocho. Y, cumplida la condena, le llegó la hora de volver a ser libre.
25 muertos reales producen 3000 años simbólicos, que se acaban convirtiendo en 18 años reales, con lo cual sale el muerto para siempre a menos de un año de cárcel de verdad. A mucha gente puede parecerle que nuestro sistema de castigos sale barato, mengua en exceso al cocer. Es como lo que se dice de la nueva cocina, que lo grande es el plato y te quedas con ganas de más. De acuerdo, pero es el sistema que hay (el sistema que había, ahora se ha cambiado y mengua menos).
Segundo plato. Ingredientes: dos escritos. X años de cárcel (si el horno está muy caliente, puede llegar a 96)
Ahora que el terrorismo es el cuarto problema de los españoles, y hace más de tres años que ETA no mata a nadie, De Juana Chaos se considera escritor. Y no son lectores lo que le faltan. La fiscalía del Estado en pleno, dado que había que ponerle en libertad, se decidió a juzgarle por escribir. Por escribir amenazas, dicen, aunque a mí no me lo parecen. Dos amenazas simbólicas se quieren cambiar por 96 años simbólicos que, con la nueva ley, se convertirían, creo, en 40 años de verdad. A mucha gente puede parecerle que nuestro sistema de ofensas sale caro y que con el calor del horno mediático crece. Es como lo que pasa en la típica comida asturiana, una cantidad tan excesiva y una cocción tan grasa que te quedas con ganas de menos. Además de que condenar a alguien por escribir se considera comida turca.
PD 1
Que el horno está caliente lo muestra la portada de EL MUNDO, que ayer, domingo, le dedicaba la foto y el siguiente título: "la sonrisa del canibal", dando muestras de una gran objetividad (pues sonreía) e intentando favorecer la imagen pública del encausado al presuponerle un gusto alimenticio de aprecio generalizado.
PD 2
Por cierto, yo he leído los famosos artículos del terrorista De Juana Chaos: un escritor desigual en el tratamiento dramático y poco coherente en la argumentación. (Por ejemplo, relata con pasión la muerte de un manifestante en Madrid, a manos de la policía, poco después de la muerte de Franco, pero no presta ninguna atención a sus propios asesinatos, de los que podría dar detalles más vividos. Otro ejemplo, afirma contar con el respaldo de la razón, aunque olvida explicarlo). En fin, que no pienso volver a leerle. Pero debería estar en la calle.
Cuando en España el terrorismo era el principal problema de los españoles, el terrorista De Juana Chaos fue detenido por veinticinco asesinatos. Fue juzgado y condenado a tres mil años de cárcel. De los tres mil, el máximo que podía cumplir, por ley, eran treinta. De los treinta, con las reducciones que se aplican en las regulaciones penitenciarias, la cosa se le quedó en dieciocho. Y, cumplida la condena, le llegó la hora de volver a ser libre.
25 muertos reales producen 3000 años simbólicos, que se acaban convirtiendo en 18 años reales, con lo cual sale el muerto para siempre a menos de un año de cárcel de verdad. A mucha gente puede parecerle que nuestro sistema de castigos sale barato, mengua en exceso al cocer. Es como lo que se dice de la nueva cocina, que lo grande es el plato y te quedas con ganas de más. De acuerdo, pero es el sistema que hay (el sistema que había, ahora se ha cambiado y mengua menos).
Segundo plato. Ingredientes: dos escritos. X años de cárcel (si el horno está muy caliente, puede llegar a 96)
Ahora que el terrorismo es el cuarto problema de los españoles, y hace más de tres años que ETA no mata a nadie, De Juana Chaos se considera escritor. Y no son lectores lo que le faltan. La fiscalía del Estado en pleno, dado que había que ponerle en libertad, se decidió a juzgarle por escribir. Por escribir amenazas, dicen, aunque a mí no me lo parecen. Dos amenazas simbólicas se quieren cambiar por 96 años simbólicos que, con la nueva ley, se convertirían, creo, en 40 años de verdad. A mucha gente puede parecerle que nuestro sistema de ofensas sale caro y que con el calor del horno mediático crece. Es como lo que pasa en la típica comida asturiana, una cantidad tan excesiva y una cocción tan grasa que te quedas con ganas de menos. Además de que condenar a alguien por escribir se considera comida turca.
PD 1
Que el horno está caliente lo muestra la portada de EL MUNDO, que ayer, domingo, le dedicaba la foto y el siguiente título: "la sonrisa del canibal", dando muestras de una gran objetividad (pues sonreía) e intentando favorecer la imagen pública del encausado al presuponerle un gusto alimenticio de aprecio generalizado.
PD 2
Por cierto, yo he leído los famosos artículos del terrorista De Juana Chaos: un escritor desigual en el tratamiento dramático y poco coherente en la argumentación. (Por ejemplo, relata con pasión la muerte de un manifestante en Madrid, a manos de la policía, poco después de la muerte de Franco, pero no presta ninguna atención a sus propios asesinatos, de los que podría dar detalles más vividos. Otro ejemplo, afirma contar con el respaldo de la razón, aunque olvida explicarlo). En fin, que no pienso volver a leerle. Pero debería estar en la calle.
Comentarios
(Habrá que explicárselo a ACEBES)
II.- El neofuncionario me enseñó ayer el contraste de las 2 fotografías que aparecen en sendas portadas: El País vs El Mundo.
(Distintas presentaciones para un mismo plato).
III.- Una vez más, mis felicitaciones al cocinero.
Realmente creo que las condenas de hace unos años eran cortas y que las nuevas han sido otro elemento más, para desmotivar a unos cuantos. La mayor condena creo que la van a cumplir dos a los que no les estalló la bomba. No debieron poner suficiente bórico en la receta.