SELECTIVIDAD
La autonomía canaria ha pedido a las otras autonomías que se hagan cargo de los menores extranjeros a los que no puede atender. Algunas autonomías del PP han respondido pidiendo que sea el gobierno español quien resuelva, en sus países de origen, el problema de la educación de esos menores. ¿Cómo? creando allí centros educativos con todas las garantías a los que se enviaría a los jóvenes que copan nuestros servicios asistenciales. En realidad, esas autonomías lo que quieren decir es que esto lo pague Asuntos Exteriores.
La idea de un centro educativo en Guinea Bisau, europeo y fetén, pero al que se accede presentando la solicitud en Tenerife es similar a aquella otra de Rajoy, cuando era ministro de la cosa, de que los inmigrantes ecuatorianos salieran (a Ecuador) y volvieran a entrar, llamando a la puerta y pidiendo permiso.
- ¿Qué vas a estudiar, Mobutu?
- Voy a hacer la inscripción para el colegio español.
- A mí, mi madre no me deja. Es que mi hermano murió en un cayuco.
Para educarte como un español tienes que arriesgarte a morir como un negro. A ellos su independencia les ha valido de poco. En eso estamos parecidos: nuestras autonomías tampoco sirven para mucho.
La idea de un centro educativo en Guinea Bisau, europeo y fetén, pero al que se accede presentando la solicitud en Tenerife es similar a aquella otra de Rajoy, cuando era ministro de la cosa, de que los inmigrantes ecuatorianos salieran (a Ecuador) y volvieran a entrar, llamando a la puerta y pidiendo permiso.
- ¿Qué vas a estudiar, Mobutu?
- Voy a hacer la inscripción para el colegio español.
- A mí, mi madre no me deja. Es que mi hermano murió en un cayuco.
Para educarte como un español tienes que arriesgarte a morir como un negro. A ellos su independencia les ha valido de poco. En eso estamos parecidos: nuestras autonomías tampoco sirven para mucho.
Comentarios
Izar el 30/09/06 la bandera de la isla de Gran Canaria de 300 metros cuadrados (la bandera, no la isla).
El mástil tiene la altura de un edificio de 20 plantas.
Lo mejor es el coste. Un verdadero chollo: 350.940 euros.
Gila no ha muerto: trabaja de asesor en inmigración, ahora y antes, sobreviviendo a las noticias de su muerte y a los cambios de gobierno.