PERDON POR EL PREGÓN
Por lo que yo imagino, lo más parecido al pregón de una fiesta debe ser el saque de honor de los partidos de fútbol: algo que ocurre en el centro de la escena, entre las autoridades, ante el absoluto desinterés del público que, mientras, aprovecha y se saluda, se acomoda y, como mucho, pregunta:
-¿Y ese quién es?
Y puede ser el capitán de la selección de balonmano o miss Castilla-La Mancha, que da lo mismo.
Supongo que, como la mayoría de la gente, no he ido a un pregón en mi vida. Sin embargo no estoy seguro de lo que hagan los demás, porque, dadas mis tendencias populares y mi carácter jaranero, jamás asisto a ninguna de las celebraciones que le siguen, así que nadie tiene la oportunidad de decirme si ha ido o no ha ido al pregón.
En la fiesta de la Mercer, en Barcelona, el pregón se lo encargaron a Elvira Lindo, en lugar de hacer como hacen en todas las fiestas de Asturias que se lo encargan siempre a Jerónimo Granda. Los barceloneses siempre están por las novedades, pero al introducir novedades, se crean líos. Había gente que no quería que el pregón lo leyera Elvira Lindo (porque, al parecer, los pregones se leen). No porque lea mal, o porque diera miedo que contara alguna indiscreción de algún barcelonés ilustre (lo que sería muy suyo), o porque tenga un pasado oscuro del que fuera legítimo sospechar una militancia en las SS. Era porque era en castellano. Pero, exactamente, ¿Por qué protestaba la concejal de ERC?¿Miedo a la incomprensión? No puede ser, porque el castellano es el idioma que más gente habla en la ciudad de Barcelona. ¿Miedo a la imposición? No puede ser, porque la gente, al pregón, ni caso. ¿Miedo a la comprensión? Miedo extraño, pero posible: hablando en castellano, que todo el mundo entiende, se recuerda la incómoda existencia de un idioma común, pero otro. ¿Miedo a la no imposición? Miedo extraño, pero posible: si dejamos que hablen como quieran, aunque sea en un pregón que nadie escucha, ¿qué pintamos nosotros?
-¿Y ese quién es?
Y puede ser el capitán de la selección de balonmano o miss Castilla-La Mancha, que da lo mismo.
Supongo que, como la mayoría de la gente, no he ido a un pregón en mi vida. Sin embargo no estoy seguro de lo que hagan los demás, porque, dadas mis tendencias populares y mi carácter jaranero, jamás asisto a ninguna de las celebraciones que le siguen, así que nadie tiene la oportunidad de decirme si ha ido o no ha ido al pregón.
En la fiesta de la Mercer, en Barcelona, el pregón se lo encargaron a Elvira Lindo, en lugar de hacer como hacen en todas las fiestas de Asturias que se lo encargan siempre a Jerónimo Granda. Los barceloneses siempre están por las novedades, pero al introducir novedades, se crean líos. Había gente que no quería que el pregón lo leyera Elvira Lindo (porque, al parecer, los pregones se leen). No porque lea mal, o porque diera miedo que contara alguna indiscreción de algún barcelonés ilustre (lo que sería muy suyo), o porque tenga un pasado oscuro del que fuera legítimo sospechar una militancia en las SS. Era porque era en castellano. Pero, exactamente, ¿Por qué protestaba la concejal de ERC?¿Miedo a la incomprensión? No puede ser, porque el castellano es el idioma que más gente habla en la ciudad de Barcelona. ¿Miedo a la imposición? No puede ser, porque la gente, al pregón, ni caso. ¿Miedo a la comprensión? Miedo extraño, pero posible: hablando en castellano, que todo el mundo entiende, se recuerda la incómoda existencia de un idioma común, pero otro. ¿Miedo a la no imposición? Miedo extraño, pero posible: si dejamos que hablen como quieran, aunque sea en un pregón que nadie escucha, ¿qué pintamos nosotros?
Comentarios
El dia de marras aproveche para cenar en un sitio nuevo, la tertulia, un steak tartare bastante bueno. No se apreció movimiento de masas enfervorizadas alzadas en armas contra la opresión idiomática.