LA REALIDAD ECONÓMICA
Nuestra hipoteca de este mes recoge la subida del precio del dinero. Los intereses pasan de x a x+x/2. Lo escribo así, porque no sé si a eso se le puede llamar una subida del 50% (el resultado final se consigue sumando, al dato anterior, la mitad de su valor) o del 33% (el resultado final supera en ese porcentaje al dato anterior).
Sea como sea que deba decirse, esta realidad personal no ha pasado desapercibida a los mercados financieros. Las empresas constructoras han reaccionado comprando las empresas eléctricas. Si los pisos se encarecen pueden dejar de venderse, pero las cosas no están ni mucho menos como para desenchufar el friegaplatos.
Las empresas constructoras venden sus productos en cantidades discretas. Sé que los 13000 pisos de Seseña parecen demasiados para ser llamados discretos. Lo que quiero decir es que los venden uno a uno. O no. Como el Ser de Parménides, que su contrario es el no-Ser. La electricidad fluye. Como el río de Heráclito. Aunque todos recordamos a nuestros padres controlando que apagáramos la luz, también sabemos que esas eran cosas de los años 70, como las patillas tupidas, y que no volverán. Limitar el consumo de la electricidad en la era digital, cuando ya no queda ningún aparato mecánico en casa, es como ponerle puertas al campo. De hecho, si me hubieran subido el recibo de la luz no escribiría esto, porque el recibo de la electricidad no hay quien lo entienda
Sea como sea que deba decirse, esta realidad personal no ha pasado desapercibida a los mercados financieros. Las empresas constructoras han reaccionado comprando las empresas eléctricas. Si los pisos se encarecen pueden dejar de venderse, pero las cosas no están ni mucho menos como para desenchufar el friegaplatos.
Las empresas constructoras venden sus productos en cantidades discretas. Sé que los 13000 pisos de Seseña parecen demasiados para ser llamados discretos. Lo que quiero decir es que los venden uno a uno. O no. Como el Ser de Parménides, que su contrario es el no-Ser. La electricidad fluye. Como el río de Heráclito. Aunque todos recordamos a nuestros padres controlando que apagáramos la luz, también sabemos que esas eran cosas de los años 70, como las patillas tupidas, y que no volverán. Limitar el consumo de la electricidad en la era digital, cuando ya no queda ningún aparato mecánico en casa, es como ponerle puertas al campo. De hecho, si me hubieran subido el recibo de la luz no escribiría esto, porque el recibo de la electricidad no hay quien lo entienda
Comentarios
Así podremos utilizar el primero para incendiar el piso (y cobrar el seguro) y el segudo para comernos unas papas fritas (es la cara -de papa frita- que se nos queda cuando se cobran la hipoteca y el seguro de la vivienda).
2. Yo sí entiendo el recibo de la luz, pero el del gas me resulta más complicado porque mi caldera consume metros cúbicos y sin embargo me cobran kilowatios-hora. La factura dice que "los Kwh resultan de multiplicar los metros cúbicos por el factor de conversión (11,367), el cual, a su vez, es el resultado de multiplicar el factor de corrección de volumen (0,9567) por el Poder Calorífico Superior (11,8811)".
El Poder Calorífico Superior, dicen.
Digo, como Losantos se mete tanto con los catalanes y Gas Natural es catalana, lo normal sea que tenga el diablo metido en el cuerpo (de la factura), por eso Los Santos se mete con ella.