DERECHOS DEL NIÑO

La convención de los derechos del niño de la ONU es el tratado que más Estados han firmado. Todos menos dos: Somalia, que casi ni existe como Estado, y.....Estados Unidos (cuya pluralidad no pone en cuestión su unidad, su realidad es indiscutible).



¿A qué, de entrada, apetece una dosis de antiamericanismo? Sin precipitaciones. Intentemos hacer compatible con la realidad las siguientes frases: Marruecos ha firmado la convención de los derechos del niño (incluyendo la del niño marroquí que se esconde debajo de un camión, entre las ruedas, para llegar a Europa), Senegal ha firmado la convención de los derechos del niño (por los del cayuco), Liberia ha firmado la convención de los derechos del niño (por los niños de la guerra), Rumanía ha firmado la convención de los derechos del niño (se incluye a los que duermen tan profundamente en la mano que a su madre le queda libre mientras pedir por la calle). Etcétera.

De todas las distancias que separan Europa de África, la mayor es la que tiene que ver con la aplicación de hecho de los derechos de los niños. Parece, por los reportajes de la tele, que a los menores que bajan de los barcos de inmigrantes les espera un mundo de servicios asistenciales que sus compañeros mayores no pueden soñar. El niño, al entrar en España, se convierte en un bien. Se supone, sin embargo, que no debería ser así: los estados de los que vienen dicen que respetan las mismas normas. Siempre se habla de los indicadores que muestran el abismo que nos separa de los países pobres. Pues en el respeto a los derechos del niño, formalmente, somos iguales.