EL PODER DE LAS PALABRAS (3)
El tercer poder de las palabras es el de cambiar.
A diferencia de la carta en la mesa, la palabra goza de una envidiable capacidad para convertirse en otra cosa. Las palabras, a veces, mudan el significado y los que las esperaban donde siempre se encuentran en su lugar una piel seca, que no significa nada.
Este poder de las palabras, como los otros dos, no guarda relación con la semántica sino con la pragmática. Esa cosa, que como todas las importantes, el bachillerato colocaba en un anexo, después de mil inútiles análisis sintácticos.
Los días anteriores nos hemos fijado en la actualidad para entender los poderes de las palabras. Hoy no vamos a ser menos. Pensemos en el Tribunal Supremo.El Tribunal Supremo tiene un nombre que acojona sin necesidad de haber leído a Kafka. El Tribunal Supremo sabe lo que significan las palabras más trascendentales: libertad por ejemplo. Es como la Academia de la Lengua de las cosas que importan. El otro día se reunió para cambiar dos palabras: remisión y condena. Dos palabras en las que se piensa poco o se piensa asociadas a un tal Parot, como si, por haber asesinado a unas decenas de personas, ese individuo fuera su dueño. Quizá, en toda esta historia, Parot sólo sea la anécdota. Lo trascendental es que, asistiendo al alargamiento de las condenas, como si "condena" no significara "condena" hemos comprobado el tercer poder de las palabras.
Comentarios
Ángel, la política no me pone. Me lo pones tan difícil que no me queda más remedio que ponerme a hablar de sexo... o de cocina, ¿de sexo en la cocina?.
La Regla del Juego. J. Luis Pardo.
Mou riega la hierga que desaparece bajo sus resultados. Mou,colega, monta un bar.
-¿Bailas?
-No.
-Entonces de follar ya ni hablamos.
- Declaran la situación de alerta en Canarias por vientos de hasta 120 km/hora
- El "caso Eolo" no ha hecho más que empezar
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Si un asesino en prisión se suicida, ¿es delito continuado?
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¿Vale más 1 imágen que 1.000 palabras?
Pues te veo yo a tí muy poderoso últimamente.
Me preguntaba si habría perdido el avión. Como a los brasileños del Real Madrid.
¡Noticias de Suiza! El otro día estuve jugando a la baraja de Familias de siete países y vi a la familia tirolesa. Los encontré como siempre: los años no pasan por ellos.
Me rindo ante el ingenio de Ana. El poder de las palabras y el poder de la lengua. Quedo a sus pies, señora.