GRITOS Y SILENCIOS
Uno de los murcianos premiados con el primer premio de la lotería del Niño, en su júbilo, gritó ante las cámaras de tv (y ante los micrófonos de radio, porque en los dos medios lo comprobé yo) algo sobre “el ladrillo”. Era entusiasta y era sobre el ladrillo, pero no entendí bien lo que decía. Hay una primera lectura sobre la efectiva unidad de la lengua española: o por murciano, o por paleto o por entusiasta, lo cierto es que yo a aquel tipo no le entendía una frase simple en mi mismo idioma. Según los traductores de los medios de comunicación lo que decía era: “ahora, a por el ladrillo”, queriendo decir, supongo, en una segunda lectura más interesante, que ya superado el primer (¿y sencillo?) paso de que le toque la lotería, por fin podía ascender al segundo y más complejo de comprarse una vivienda.
La idea surrealista de la lotería como antesala del ladrillo expresada sinceramente, y a gritos, por un compatriota rústico a mil kilómetros de mi, la relaciono yo de modo directo con lo bien que duermo por las noches. Es que a los vecinos del piso de arriba les venció el arrendamiento y los dueños lo sacaron al mercado, va a hacer un año, a un precio que satisfizo a mi madre (que lo proyectó sobre el nuestro) pero que espantó, a la vez, a los tres vecinos que nos habíamos postulado como precandidatos. Queríamos disfrutar de sus 70 metros de abrigada terraza orientada al oeste y con vistas a un jardín, pero la lotería toca en Murcia.
Como Rockefeller supo ver la quiebra de la bolsa cuando su limpiabotas le recomendó invertir, yo, en el silencio de mis mañanas, completamente descansado, molesto sólo por el eco lejano de un afortunado y desquiciado jugador de lotería en la memoria, afirmo el fin de la burbuja inmobiliaria.
Sé que, en este punto, es fácil recurrir a los inmigrantes, pero tengo respuesta: mientras tanto, el piso de abajo, como creo que le ocurre a algunos cuerpos estelares, se vació de tanto hincharse. Cuando la cantidad de parientes ecuatorianos de la esposa del vecino parecía tender al infinito, con su correlato, en el ascensor, de agradables y educadas niñas achinadas, el piso se quedó vacío. Supongo que el incremento de los precios les lleva a dirigir sus inversiones hacia otros más baratos. Sensatamente.
La idea surrealista de la lotería como antesala del ladrillo expresada sinceramente, y a gritos, por un compatriota rústico a mil kilómetros de mi, la relaciono yo de modo directo con lo bien que duermo por las noches. Es que a los vecinos del piso de arriba les venció el arrendamiento y los dueños lo sacaron al mercado, va a hacer un año, a un precio que satisfizo a mi madre (que lo proyectó sobre el nuestro) pero que espantó, a la vez, a los tres vecinos que nos habíamos postulado como precandidatos. Queríamos disfrutar de sus 70 metros de abrigada terraza orientada al oeste y con vistas a un jardín, pero la lotería toca en Murcia.
Como Rockefeller supo ver la quiebra de la bolsa cuando su limpiabotas le recomendó invertir, yo, en el silencio de mis mañanas, completamente descansado, molesto sólo por el eco lejano de un afortunado y desquiciado jugador de lotería en la memoria, afirmo el fin de la burbuja inmobiliaria.
Sé que, en este punto, es fácil recurrir a los inmigrantes, pero tengo respuesta: mientras tanto, el piso de abajo, como creo que le ocurre a algunos cuerpos estelares, se vació de tanto hincharse. Cuando la cantidad de parientes ecuatorianos de la esposa del vecino parecía tender al infinito, con su correlato, en el ascensor, de agradables y educadas niñas achinadas, el piso se quedó vacío. Supongo que el incremento de los precios les lleva a dirigir sus inversiones hacia otros más baratos. Sensatamente.
Comentarios
La noticia es del 12 de enero de este año y se refiere a la actividad de la Agencia Pública de Alquiler desde su creación: La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, aseguró hoy que el flujo de contratos de alquiler es constante y que ya son 195 los que están cerrados por parte de la Sociedad Pública del Alquiler (SPA). Además, hay 287 contratos cuyo cierre se está tramitando y 849 propietarios que han aceptado alquilar su vivienda por una renta inferior a la del precio del mercado.
¡Flujo de contratos constante! Pues como se mantenga a ese ritmo ...