LA TRASTIENDA

Mi primera noche como universitario, en el camino del Fray Luis a la casa de las conchas (al Bardo, para ser precisos), Paco Salto comentó algo insospechado: la verdadera política no era visible, tenía que ver con los intereses de poderes superiores que se ocultaban en la trastienda. Esta revelación me cambió la vida. Además me enteré de que Paco conocía esos secretos porque no se limitaba a leer El Pais: oía la radio. Concretamente, a Fernando Onega, en Hora 25.

He pensado en estas cuestiones, cuando he visto al presidente de ENDESA, en la tele, hacer declaraciones exaltadas y absurdas, o al cardenal Rouco, con gorrilla, en una manifestación. ¿No se supone que esos son la parte de atrás?

Mis preguntas son las siguientes: ¿hay una crisis de legitimidad en lo que la política tiene de ilegítimo? En este caso, la democracia estaría ganando trasparencia; ¿los poderes fácticos ya no se fían de que el PP pueda hacerles su trabajo? En este caso, malos tiempos para el PP. Alguien podría decir, que ganamos o ganamos. No: también cabe la posibilidad de que los que pueden hayan decidido acabar con el juguete.

¿Qué diría Paco Salto?

Comentarios