COHERENCIA E INCOHERENCIA DE LA FUNDACIÓN PRÍNCIPE DE ASTURIAS

La Fundación Príncipe de Asturias homenajeó, la pasada semana, a los grandes, en un sarao que se llamó: Memoria de los Grandes. Se trataba de reconocer a aquellas figuras del siglo XX, anteriores a la Fundación Príncipe de Asturias, y a los que ésta, por lo tanto, no habría podido premiar. Algo así, como decir: porque no pude llegar a tiempo, que si no de qué (¿puede haber algo más asturiano que esta conciencia, dispuesta a entrar en acción, de no tener límites?).

Entre los homenajeados: Gandhi, Jesse Owens, Stravinsky, Churchill, Ortega, Camus, Falla, Juan XXIII... Teniendo en cuenta la trayectoria reciente de la Fundación, eché de menos a Quini, pero se ve que, retrospectivamente, da más vergüenza premiar a los del pueblo, aunque hayan sido pichichis.

Lo cierto es que, al hacer esto, la Fundación no tiene mérito alguno, porque hasta yo hubiera sido capaz de reconocer el valor de los Beatles si me hubieran dado 40 años de plazo. Lo difícil es dar el premio a una persona y que luego, ya premiada, gane un campeonato del mundo.

En fin, que la Fundación se estaba dando un homenaje a si misma, presumiendo, sin riesgo alguno, de su buena vista hacia atrás.

Lo que me llamó la atención no fue eso, sino que el homenaje se encarnara en los herederos biológicos. Es coherente con una fundación principesca suponer que algo hay de Churchill en su bisnieto (de hecho es concejal en Westmister). Pero, ¿Juan XXIII? ¿García Lorca? Para eso están los sobrinos.

Ya, pero, ¿y la hijastra de Sajarov? Como se enteren unos que yo me sé, van a encontrar aquí la última sumisión a Esquerra Republicana

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La idea de la Fundación es buena, pero a mi modo de ver muy mejorable. ¿Por qué acotar el tiempo en el siglo XX? Eso es injusto. Yo haría un homenaje a todas las figuras de todos los tiempos. Eso sí, en las mismas condiciones exigentes de ahora: sólo se premiará a los que además se tenga seguridad de acudirán a la entrega del premio. ¡Ya me imagino a la momia de Tutankamon llevada en andas por el Paseo de los Álamos mientras toca la Banda de Gaitas! Eso sí que sería una atracción turística.

PD: El fotógrafo no tendría que decir "no se muevan".