LO QUE QUIERE DECIR LO QUE AZNAR DICE
José María Aznar López, dijo el día 26 de septiembre: "Esta semana probablemente se den los pasos decisivos para un cambio de régimen, sin mandato ni consentimiento de nadie".
En el supuesto de que crea lo que dice, su situación, en principio, parece triste: anticipa algo que no desea, y en eso coincide con otros muchos que temen lo mismo. Su situación, si se piensa dos veces, es patética: él, personalmente, lo pudo evitar y, lejos de aceptar que pudo ser un héroe y no fue capaz, oculta su condición y se conforma con ser un agorero. Una Casandra que sabe que pudo ser Héctor.
Esa declaración de Aznar me hace pensar que ha sido un político mucho peor de lo que parecía. Su obstinación con Irak sería un error minúsculo, desde la perspectiva de su propia posición política, en relación con lo que supone ver a tu país sometido a “un cambio de régimen, sin mandato ni consentimiento de nadie”, sólo 18 meses después de haber sido tú el Presidente del Gobierno.
¿Por qué podría Aznar haber evitado lo que anuncia? No porque, con él, no se hubieran presentado las mismas propuestas, lo cual no sabemos, sino porque él, que llegó al poder afirmando la necesidad de una segunda transición, pudo haberse anticipado a las reformas de los estatutos impulsando una reforma de la Constitución, como la que ahora reclama su heredero. No se atrevió a tanto. Pues bien, la misma Constitución que consideró intocable, y no toco, es ahora la pieza en la que otros se apoyan para, según él, cambiar el régimen.
En el supuesto de que crea lo que dice, su situación, en principio, parece triste: anticipa algo que no desea, y en eso coincide con otros muchos que temen lo mismo. Su situación, si se piensa dos veces, es patética: él, personalmente, lo pudo evitar y, lejos de aceptar que pudo ser un héroe y no fue capaz, oculta su condición y se conforma con ser un agorero. Una Casandra que sabe que pudo ser Héctor.
Esa declaración de Aznar me hace pensar que ha sido un político mucho peor de lo que parecía. Su obstinación con Irak sería un error minúsculo, desde la perspectiva de su propia posición política, en relación con lo que supone ver a tu país sometido a “un cambio de régimen, sin mandato ni consentimiento de nadie”, sólo 18 meses después de haber sido tú el Presidente del Gobierno.
¿Por qué podría Aznar haber evitado lo que anuncia? No porque, con él, no se hubieran presentado las mismas propuestas, lo cual no sabemos, sino porque él, que llegó al poder afirmando la necesidad de una segunda transición, pudo haberse anticipado a las reformas de los estatutos impulsando una reforma de la Constitución, como la que ahora reclama su heredero. No se atrevió a tanto. Pues bien, la misma Constitución que consideró intocable, y no toco, es ahora la pieza en la que otros se apoyan para, según él, cambiar el régimen.
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