soliloquios

Hace una semana del terremoto de Haití. Los equipos de rescate, que aún rescatan, ya están de vuelta o pensando en volverse. Los periodistas, sin embargo, se acumulan. Abundan los enviados especiales. Se exige, pues, información de primera mano y que se entienda y los medios nos la empaquetan en dos grandes secciones: crónicas del infierno o reseñas de milagros. Se trata de milagros de primera: resurrecciones. Pese a eso, los milagros sólo sirven para enviar a los Lázaros al infierno. No hay antibióticos para el amputado. Pese a que el marco semántico es religioso, al obispo de San Sebastian, Munía, no le parece suficiente. Considera que la enseñanza es más profunda: nosotros, aquí, estamos peor, porque el infierno, el de verdad, existe. Cuando se nos caiga el techo encima no habrá bombero que nos devuelva a la luz. Es un mensaje curioso, interesante, pero a contratiempo. Tenemos un montón de enviados especiales en Haití haciéndonos sentir que, pese a lo mucho que sufrimos por lo de H

En la página 4 de EP del viernes 8 de enero puede leerse: "El jefe de operaciones de Al Qaeda en Afganistán publicó ayer una declaración elogiando el trabajo del terrorista suicida, el agente doble jordano Humam Jalil Abu Mulal al Balawi, y señaló que el atentado fue una venganza por los asesinatos de una serie de importantes líderes talibanes en los ataques con aviones no tripulados de la CIA. “Detonó su magnífico, asombroso y bien diseñado dispositivo explosivo, que no llegaron a ver los ojos de aquellos que no creen en el más allá”, dijo el dirigente de Al Qaeda, Mustafá Abu al-Yazid". Se debe tratar de una traducción del inglés de una traducción del árabe, con lo cual a saber qué dijo realmente, pero las palabras que nos llegan de Mustafá Abu al-Yazid no tienen desperdicio: parece como si fuera la falta de fe en el más allá la que impidió a los agentes ver la bomba que tenían delante. La fe como puerta a la tecnología, esa es la novedad. Porque, en relación al más allá,

Como dijo Ventura: las cosas que se hacen en navidad tienden a convertirse en tradiciones. Nosotros, a lo nuestro, otra vez a jugar la San Silvestre. Pongo la foto porque sé que hay quien quiere descargársela.

Los reyes magos me han traído un regalo: guerra y paz, de Lev Tolstoi. Guerra y paz me ha traído un regalo, la nota del autor que dice así: "Hasta ahora he escrito solamente sobre príncipes, condes, ministros, senadores y sus hijos y me temo que en lo sucesivo no va a haber otros personajes en mis historias. Puede ser que esto no esté bien y que no guste al público; puede ser que para ellos sean más interesantes e instructivas las historias de campesinos, comerciantes y seminaristas, pero mi deseo no es absoluto tener muchos lectores a cualquier precio, y no puedo satisfacerles por muchas razones. La primera porque los recuerdos históricos de aquella época sobre los que yo escribo solo permanecen en la correspondencia y los escritos de la gente de clase alta alfabetizad; incluso hasta los relatos interesantes e inteligentes que he podido escuchar, solo los he oído a la gente de esta clase. La segunda porque la vida de los comerciantes, de los cocheros, de los seminaristas, de los