INDIGNADOS

Leí unas entradas antiguas y me gustaron. No porque estén bien o mal escritas sino porque estén y digan cosas en una fecha. Lo que se piensa siempre se piensa un día a una hora, pero ahora abundan los "ya lo decía yo" o "todo el mundo sabía" sin citas al pie y valoro más las que sí existen, así que intentaré aplicarme con constancia para ir soltando migas de pan que más tarde permitan deshacer el camino. (¿metáfora demasiado oscura? Puede que sí).

En resumen que me he propuesto volver a escribir.

Empezaré por los "indignados".

"Digno" significa "que merece tomar" y viene, a través del latín "decnos", del indoeuropeo "dek" que significa "tomar o acepta" y que en muchos idiomas antiguos significa "la mano derecha", (con la que se toma o acepta).

Aquí, en efecto, la derecha subió de la mano de los indignados, aunque posiblemente hubiera ascendido igual si las plazas hubieran estado más despejadas el 22 de mayo. Lo que a mi no me gusta de los indignados es lo que les emparenta con otros movimientos, muchos de la derecha: su superioridad moral basada en el valor superior de su queja.

Paso de ese rollo víctima.

Los jóvenes tienen todo el derecho a reclamar un pedazo mayor de la tarta y a intentar arrancárselo a quienes lo tienen.
- ¿Los bancos?
- Sí. Y los jubilados que se sientan en las mismas plazas.

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