ESPERANZA Y EL TOUR DE FRANCIA



El chico de la izquierda, el de la camiseta con el cocodrilo de lacoste, es ciclista. Corre para una casa comercial. La señora de la derecha, la del maillot amarillo de nike, LCL (un banco de Lyon), Discovery Channel y AMD (procesadores), la del leoncito de peluche, no. Es representante de los ciudadanos.

El chico de la izquierda, el de los brazos junto al cuerpo, ha ganado (por ahora) el Tour de Francia. La señora de la derecha, la de los brazos en alto, no.

El chico de la izquierda ha recorrido 3570 kms montado en una bicileta en 91 horas y 26 segundos. La señora de la derecha, tampoco.

El chico de la izquierda se llama Alberto Contador y la señora de la derecha Esperanza Aguirre y, como es presidenta de la comunidad autónoma en al que vive Alberto, no sólo siente con intensidad las cosas que le pasan a Alberto cuando gana el Tour de Francia sino que se convierte en Alberto, se pone su ropa, exhibe sus trofeos.



PD. Lo cierto es que una identificación tan perfecta debería tener razones más profundas. Alberto, por ejemplo, después del último puerto del Tour de Francia no iba primero, sino segundo. Esperanza, por su parte, tampoco llevaba en su día el maillot de líder cuando se acabaron las elecciones. Después del Aubisque, Rasmunsen, líder y vencedor de etapa, decidió no presentarse. A Esperanza el rival tampoco le compareció en la meta: le dieron positivos, en el antidopaje, Tamayo y Saiz.

Comentarios

Ángel ha dicho que…
La vinculación entre política y deporte es antigua y es compleja. Lo sorprendente de este caso es la desfachatez. La persona que se dedica a la política se apropia de todos los símbolos del deportista.

El deportista, además, corre a título individiual, no representa a su comunidad más que cualquier otra persona de esa comunidad. El deportista representa a Discovery Channel y la política, lo que quiere, precisamente, es salir en la tele.